“Yo lo sé..” “Yo lo hago”.. “Yo el primero” Siempre dispuesto, colaborador, sin prejuicios. Se manifiesta autónomo en su trabajo, en su vida diaria. Tenemos el hijo con un Ego alto, que no le afectan demasiado los cambios, que tiene una autoestima por las nubes. No tiene problemas de autoestima.

Pero… ¿Qué es la autoestima? Es la capacidad de cuidarse y respetarse, quererse a uno mismo.

Hoy día los hijos consiguen con facilidad lo que desean o piden: juegos, ropa de marca, móviles… Les estamos creando la burbuja del bienestar. No están acostumbrados al “no”, a adaptarse a privaciones.

Si alguien me preguntara “¿Qué le regalarías a tu hijo?”  Les diría: “entrega sin límites”. Este concepto engloba amor, seguridad y tener un lugar donde acudir cuando nos equivocamos.

Los límites y la disciplina también son necesarios para la autoestima del niño, pues aprenderá a manejar la frustración que se le vaya presentando en su día a día. Además la sociedad cuenta con unas normas de convivencia que son necesarias y que los pequeños deben incorporar.

¿Cómo ayudar a generar una buena autoestima en nuestros hijos?

  • Debemos estar atentos a sus palabras: Felicitar el esfuerzo y los logros con elogios creíbles y reales. Hay que evitar las exageraciones. Un ejemplo: si vuestro hijo ha hecho un dibujo precioso, tenemos que destacar su trabajo: “eres muy artista” en lugar de “eres el mejor”. Debemos  cuidar las expresiones. Los pequeños son muy sensibles a las palabras y actitudes de sus padres. Ellos perciben nuestros miedos, frustraciones y pueden serles negativas. Si cuidamos nuestra propia autoestima, y tratamos de presentar una actitud positiva,  seremos un gran modelo a seguir.
  • Fomentar su autonomía desde los primeros años de su vida, garantiza el aprendizaje, y dota a los niños de seguridad:  aprende a asumir riesgos, a adquirir responsabilidades. En suma, les ayuda a sentirse más dueños de sus éxitos. Un niño dependiente siempre necesitará del otro para funcionar, dispondrá de una  baja iniciativa y problemas de relación con los demás.
  • Permite que se equivoquen, que tomen decisiones y asuman responsabilidades acordes a su edad. Otro ejemplo: comer solos, recoger, ordenar… En este punto, es  importante de ser pacientes y tolerantes ante nuestras propias exigencias, pues a veces  tendemos a hacerlo nosotros por ser más rápido. Si al hacer algo tu hijo derrama  comida al suelo, deja que lo limpie y recoja. Es evidente que no va a quedar como a nosotros nos gustaría, pero no tratemos de arreglarlo:  el niño entenderá que no es capaz de hacerlo lo suficientemente bien.
  • Seamos coherentes con sus valores e ideales a la hora de educar: hemos de tener palabra y cumplirla. No prometamos lo que no podamos cumplir, ni amenazemos con castigos que no vayamos a llevar a cabo. Antes de recurrir al castigo, hemos de tratar de mostrar al niño lo que debe y no debe hacer, de este modo sabrá a qué atenerse..
  • Tengamos en cuenta que somos el mejor espejo donde mirarse los hijos, por lo que debemos cuidar, a nivel personal, la autoestima personal.

Si a estas pautas le añadimos nuestro sentido común, una alimentación equilibrada y ejercicio, le estaréis dando  un gran tesoro a vuestro hijo;  una base sana de autoestima.

EQUIPO DE ORIENTACIÓN DEL CIE

 

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